Centro de educación Integral

LOGOPEDIA - PSICOLOGÍA - EDUCACIÓN EMOCIONAL

Miguel Moya 16, 2ª Planta 29017 Málaga

El juego

La capacidad de jugar nace en los seres humanos poco después del nacimiento, constituyéndose en un importante medio de conocimiento y de transformación de situaciones.
Jugar se asocia a lo placentero, distendido, creativo, a lo espontáneo e infantil que pervive en todo ser humano más allá de sus primeros años.
Jugando aprendemos a instrumentar nuestros movimientos, a relacionarnos con los demás y con los objetos, a simbolizar, a compartir, a aceptar y elaborar reglas en nuestros intercambios con los otros.
La pedagogía y el trabajo clínico psicológico y psicopedagógico valorizan el papel creativo del juego, no sólo en la niñez sino a lo largo de toda la vida.

Distintas corrientes en psicoanálisis y en psicología han reflexionado sobre el juego y lo emplean en la clínica para comprender la problemática personal y para su curación.
En los adultos, el sentido del humor, el uso de palabras de doble sentido, las inflexiones de la voz, pueden relacionarse con la actitud lúdica.
Jugar es por lo común signo de salud mental: promueve el crecimiento en sentido amplio, favorece las relaciones grupales, es un modo eficaz de plantear y elaborar conflictos, es un modo espontáneo motivador del aprendizaje.
Jugar es contactar con la alegría y el placer de existir. Es un medio espontáneo o natural de autocuración cuando la persona está enferma, física y/o mentalmente, o cuando sobrelleva una discapacidad. Responde a uno de los indicadores de la salud: el sentido del humor, la aceptación gozosa de la existencia.

El juego permite entrar y salir de situaciones temidas, con la posibilidad de integrarlas. Diversas modalidades psicoterapéuticas y psicopedagógicas utilizan el juego, no sólo en niños sino en adolescentes y adultos.

En esa zona compartida de aflojamiento, diversión, exploración y expresión, se manifiestan y elaboran problemáticas, y los participantes se disponen a una mayor apertura para ingresar a nuevos conocimientos:

  • sobre sí mismos
  • sobre las relaciones recíprocas
  • sobre la realidad compartida
  • sobre las propiedades de los objetos.

Quienes comparten el juego están más cerca de la salud, si entendemos ésta como la posibilidad de crecimiento, espontaneidad, el contacto consigo mismos y con los demás, el cambio.
Jugar es aceptar la fantasía, lo que está más allá de «lo real», lo paradójico, lo distinto e inesperado, lo sorprendente.

Habitualmente juegan los niños y las niñas saludables. También juegan niñas y niños con necesidades especiales y discapacidad, progenitores, docentes, adolescentes, las personas mayores, participantes de jornadas, encuentros, campamentos, consultantes de orientación vocacional, pacientes psicoterapéuticos o psicopedagógicos, y todo ser humano, de una forma u otra, en forma grupal o individual.

Jugar es una importante posibilidad de ofrecer espacios de aprendizaje placentero, de un pensamiento aliado con la vida, con la alegría, con los sentimientos, lo corporal, lo grupal.
Los juegos pueden modificarse y adaptarse según las expectativas y necesidades de cada situación.

El juego, en sus situaciones de ficción, proporciona un plano ideal, imaginario, construido por la actividad psicofísica del ser humano. Esta actividad reconstruye, sin fines utilitarios directos, las relaciones sociales.

Fuentes:

  • BRITES DE VILA, Gladys; MÜLLER, Marina (1997): Un lugar para jugar. El espacio imaginario.
  • MÜLLER, Marina (1994): Principios de psicopedagogía clínica.
Ambos de Editorial Bonum. Buenos Aires.

Terapia Infantil Gestáltica

30 mayo, 2009por teresalv en aprender para ser, educación infantil, psicología
La concepción que tiene la Terapia Gestalt de la niñez es una concepción humanista, optimista; es decir, cree en sus potencialidades y en su tendencia innata a la salud y al crecimiento. Cuando esto no es así, tratamos de descubrir qué es lo que está ocurriendo.
La Terapia Gestalt tiene una concepción holística de la persona, teniendo en cuenta la parte sensorial, la afectiva, la intelectual, la social y la transpersonal. Este es quizá el punto más específico: percibimos al sujeto como un todo, no vamos a tratar sólo una parte ni a pelearnos con la parte dañada. La idea es recuperar lo que nos dice el síntoma y favorecer el crecimiento integral del ser.

La terapia con niños y niñas va a diferir mucho dependiendo del momento evolutivo en que se encuentren, pero común en todas las edades será la importancia del Contexto: la familia, la escuela, su grupo de iguales… Se considera la interrelación de elementos del sistema familiar y su influencia recíproca, así como la de otras figuras adultas significativas.

Conceptos que ayudan a la comprensión del modelo de la Psicoterapia Infantil Gestáltica: El Darse Cuenta, el Aquí y Ahora, Figura-Fondo, El Contacto, Las Polaridades, La Satisfacción de las Necesidades, Asuntos Inconclusos, Diferenciar Sentimiento y Acción, La Confluencia, La Proyección, la Introyección, La Retroflexión, Los Sueños, La Teoría Paradójica del Cambio y El Contexto.

Si quieres leer más sobre el tema: ROS MONRÓS, Raquel (2005): «La Psicoterapia Infantil Gestáltica». Hojas Informativas de l@s Psicólo@s de Las Palmas nº79-80, pp 31-35

La educación emocional en la educación infantil

Las emociones están presentes en nuestras vidas desde que nacemos y juegan un papel relevante en la construcción de nuestra personalidad e interacción social. Vivimos las emociones en cualquier espacio y tiempo, con la familia, con los amigos, con nuestro entorno, con nuestros iguales, con nuestra escuela, con nuestros educadores, etc. Por lo que la escuela es un ámbito más de conocimiento y de experiencias en el que se desarrollan las emociones. Educar significa contemplar el desarrollo integral de las personas, desarrollar las capacidades tanto cognitivas, físicas, lingüísticas, morales como afectivo y emocionales. La educación emocional adopta un enfoque del ciclo vital que se lleva a la práctica a través de programas secuenciados, que pueden iniciarse en la educación infantil.
[…] la puesta en práctica de la educación emocional no tan sólo ha enriquecido al alumnado sino también a los docentes en cuanto a su crecimiento personal y profesional. Ha unido al equipo de profesores, generando más comunicación y empatía entre ellos. Se han construido nuevos proyectos de centro, nuevas ilusiones compartidas y se ha favorecido el diálogo y el respeto.

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