TDA: 30 propuestas para la intervención en el aula ordinaria
Mucho es lo que se ha escrito sobre la descripción del Trastorno por Déficit de Atención (TDA), y cada vez más profesionales en el ámbito educativo son capaces de detectarlo en algún miembro de su aula. Pero no siempre la maestra o el maestro, conocen la importancia de una buena intervención integradora en la escuela. Y no sólo me refiero a la actuación en el Aula de apoyo, sino en en su propio aula, el Aula ordinaria; donde también se deben considerar las características particulares y específicas de su alumnado, en cada individuo.
Todas las personas que nos dedicamos al mundo de la educación, de algún modo somos conscientes de que trabajar con aquéllas que se están configurando como las fuerzas vivas de la sociedad del mañana, merece sumo cuidado y un compromiso personal hacia nuestra profesión. Ésto conlleva necesariamente a una actualización constante y un querer superar nuestras propias limitaciones, en cuanto a conocimientos y actitudes, que como personas tenemos. Es por eso que buscamos atender desde nuestro lugar, a las necesidades individuales que surgen.
Cuando hablamos de TDA, el proceso de enseñanza/aprendizaje se torna en una tarea más compleja, con características aún más específicas. Las siguientes recomendaciones de actuación para profesorado que trabaja con escolares que sufren TDA pueden ser de ayuda:
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Asegúrate de que el problema con el que te enfrentas es TDA: No corresponde al profesorado su diagnóstico, pero puede y debe plantearse algunas cuestiones; así como cerciorarse de que se ha efectuado una adecuada evaluación. La responsabilidad concierne a la familia, pero tú puedes prestar tu apoyo en el proceso.
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Planifica tu ayuda: Si tienes una clase donde hay dos o tres casos con TDA puede ser muy agotador, por lo que buscar (y encontrar) el apoyo del centro escolar y la familia es imprescindible. Consulta a especialistas para plantearle los problemas que te vayan surgiendo. Mantén el contacto con la familia para confirmar que los objetivos son los mismos. Pide ayuda a tus colegas.
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Reconoce tus limitaciones: Como profesional generalista que eres, nadie espera que seas especialista en TDA, puedes sentirte cómoda preguntando cuando creas que es necesario.
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Pregúntale a tu alumnado cómo le puedes ayudar: A menudo, quien sufre de TDA tiene la intuición muy desarrollada, y si le preguntas es posible que te digan la mejor forma que tienen para aprender. Muchas veces pueden sentir vergüenza para facilitar de forma voluntaria la información requerida, por la posibilidad de ser bastante excéntrica. Con frecuencia, el mejor especialista de la forma de aprender que tiene el escolar es él mismo.
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Recuerda que el aprendizaje consta de una parte emocional: Estas escolares necesitan ayuda especial para poder llegar a disfrutar de las clase, para adquirir dominio de sí mismas en lugar de quedar sumidas en los errores y en la frustración; y para ilusionarse con el trabajo en lugar de quedar sumergidas en el temor. Es parte esencial prestar atención a todas las emociones que intervienen en el proceso de aprendizaje.
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Ten presente que quienes padecen TDA necesitan estructura, encontrar en el entorno externo la estructura de la que ellos carecen internamente: Haz listas, les ayuda mucho tenerlas para recurrir cuando se pierden en lo que están haciendo. Necesitan recordatorios y que se les avancen cosas.; orientación y límites.
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Anota las normas: Escríbelas en un lugar visible. Tu alumnado se tranquilizará sabiendo lo que se espera de él.
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Repite instrucciones: Escríbelas, coméntalas, repítelas. Escolares con TDA necesitarán que se les digan las cosas más de una vez.
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Establece contacto visual de forma frecuente: A través de la mirada puedes hacer que tu alumnado con TDA «baje de las nubes», además de darle seguridad o reafirmarlo.
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Sienta a tu alumna o alumno con TDA cerca de tu pupitre o de donde estés la mayor parte del tiempo: Le ayuda a evitar la dispersión a la que son propensos.
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Establece límites, un campo de actuación, para contener los comportamientos; de forma coherente, predecible, inmediata y sencilla. Se trata de buscar que se tranquilice, no para castigar.
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Establece un horario, lo más predecible que puedas: Colócalo en el tablón de clase o en el pupitre del alumnado. Si lo tienes que modificar, ten especial cuidado en preparar la transición con antelación, anunciando lo que va a pasar y recordándolo. A escolares con TDA les costará más asumir las transiciones y los cambios inesperados, les desconcierta.
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Elimina los test que haya que realizar en un tiempo determinado, o reduce la frecuencia en que los pasas: Estas pruebas no tienen gran valor pedagógico y no permiten al alumnado con TDA mostrar lo que sabe.
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Permite alguna válvula de escape, como salir de clase durante unos instantes.
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En los deberes escolares busca más calidad que cantidad: Siempre que el alumnado esté asimilando los conceptos, es preferible darle poco volumen de trabajo.
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Controla los progresos con frecuencia: Recordar las cuestiones ya tratadas les ayuda a centrarse en la labor que realizan.
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Divide las tareas muy largas en varias pequeñas: Es una de las principales técnicas de aprendizaje para escolares con TDA, el nivel de complejidad tras dividir las tareas se juzga aceptable y la niña o el niño no se abruma. En general pueden hacer mucho más de lo que creen.
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Muéstrate con deseo de jugar, diviértete, abandona los convencionalismos, sé extravagante: A las personas que tienen TDA les encanta jugar y responden a ello con entusiasmo. La motivación mejora el trastorno.
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Enséñales pequeños trucos mnemotécnicos, facilítales tarjetas de memoria entre otros recursos: Los problemas de memoria son frecuentes en alumnado con TDA.
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Utiliza esquemas: Enseña a través de esquemas, subraya los puntos básicos. Dominar estas técnicas, aunque les cuesta, les aporta una sensación de dominio durante el proceso de aprendizaje.
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Anuncia lo que vas a decir antes de decirlo: Repítelo, y a continuación repítelo de nuevo.
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Simplifica instrucciones: Cuanta menos verborrea uses, más posibilidades habrá de que se comprenda lo que se dice.
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Provoca reacciones que ayuden al alumnado a observarse a sí mismo: Las y los escolares con TDA suelen tener dificultades para auto-observarse; intenta proporcionarles la información sobre cómo se comunican o de cómo se comportan de forma constructiva. Hazle preguntas que fomenten la auto-observación.
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Haz explícitas tus expectativas.
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Trata que el alumnado se responsabilice de las cosas cuando ello sea posible: Permite que desarrollen su propio método para recordar lo que deben poner en la cartera, o deje que le pidan ayuda en lugar de indicarles directamente lo que deben hacer.
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Emplea una libreta como nexo de unión con la familia: Facilita la comunicación diaria entre ésta y profesorado, además de servir para proporcionar el estímulo que las y los escolares necesitan.
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Los relojes y timbres, pueden servir para que el alumnado se autocontrole: Estos instrumentos puede ayudarles a recordar cuándo tomar una medicación, o bien, hacer seguimiento de su tiempo de estudio.
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Planifique el tiempo: Quienes padecen TDA necesitan saber con antelación qué es lo que va a suceder, para prepararse internamente. En caso contrario pueden sobreestimularse.
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Para evitar estigmatizar a escolares con TDA en su grupo de clase, da una explicación al resto y normaliza el tratamiento que reciben.
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Elogia, halaga, aprueba, anima, da aliento: Es fundamental que estés pendiente de los momentos brillantes, este alumnado tiene mucho más talento y capacidad de lo que aparenta. Son personas llenas de creatividad, acción, espontaneidad y buen talante; tienden a ser resistentes y siempre se recuperan; suelen tener un espíritu generoso y les encanta ayudar. Tienen «un algo especial» que realza cualquier labor que emprenden.
La anterior es una lista abierta: ya sabes que a la hora de actuar, cuantas más ideas tengas en el repertorio, mejor. ¿Cuál es tu propuesta?