Ver para creer

Nadie ama lo que no conoce, y no se conoce lo que no se toca. Es una cuestión de piel. Cuando algo te toca te emociona, y la emoción suele asociarse a una reacción. Cuando reaccionamos, tenemos dos opciones: o nos interesamos más para acercarnos, o cerramos los ojos porque no nos gusta ni nos interesa. Pero si lo vemos de cerca, o sobre alguien próximo (a quien consideremos como igual), no nos queda más remedio que mirar por si acaso fuéramos siguientes en la lista. Así

Share