Ver para creer

Nadie ama lo que no conoce, y no se conoce lo que no se toca. Es una cuestión de piel. Cuando algo te toca te emociona, y la emoción suele asociarse a una reacción. Cuando reaccionamos, tenemos dos opciones: o nos interesamos más para acercarnos, o cerramos los ojos porque no nos gusta ni nos interesa. Pero si lo vemos de cerca, o sobre alguien próximo (a quien consideremos como igual), no nos queda más remedio que mirar por si acaso fuéramos siguientes en la lista. Así conocimos al pequeño Aylan de cuerpo presente y entonces nos conmovimos. Y a continuación el conflicto de Siria se instaló en la actualidad informativa de nuestro país, no sin sesgos mediáticos, tras cuatro años de población civil masacrada, lo que
supone más de 250.000 personas muertas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Además, el conflicto abierto ha provocado el desplazamiento interno de 7,6 millones de personas en el país, y más de 4 millones de personas en búsqueda de refugio fuera de Siria, en cifras registradas por ACNUR.

En el momento que hablamos de refugio, se nos encienden las alarmas, ya que si hay personas refugiadas, habrá que habilitar lugares de acogida, por aquello de los derechos humanos y cumplir con el derecho internacional de asilo. La ciudadanía se movilizaba de forma solidaria en todo el territorio nacional y exigía a la clase política una actuación coherente y a la altura de las circunstancias a través de iniciativas de Ciudades Refugio, desarrolladas hace dos décadas y basadas en la «ética de la hospitalidad». La respuesta a nivel europeo habla de la talla de quienes nos gobiernan, siguiendo el lema de Europa «Unida en la diversidad». A principios de este mes leía un titular que circulaba en la red social de @MalagaAcoge: «La UE planea deportar a miles de inmigrantes y refugiados». Ahí tenemos la respuesta, habrá migrantes de primera y de segunda. Aquellas personas que vengan huyendo de un conflicto conocido, reconocido e ignorado por la comunidad internacional hasta hace bien poco, a quienes acogeremos, pondremos nombre, sacaremos fotos, y cuyo país de origen ubicaremos en el mapa; y las otras, ésas que continúan entrando provenientes de conflictos armados o situaciones violentas desconocidas para la mayoría, invisibilizadas por los medios y expulsadas por las administraciones.

Siria

Como personas humanas, más allá de la reacción emocional, nos interesa la acción integral, reconociendo el derecho a una vida digna para todos. De ahí que el trabajo en red desarrollado por las plataformas ciudadanas sea indispensable, para obtener una atención y una respuesta políticas acordes a las necesidades locales desde una perspectiva global. No podríamos hablar de forma coherente de justicia social si dejamos a un lado los derechos humanos en la política exterior; por una cuestión de principios (humanos), no de colores.

Voy cerrando con algunas recomendaciones para estos días: el próximo jueves 22 de octubre, tendrá lugar la conferencia de título: “Conflictos continuados en Oriente Próximo: Crisis de Refugiados en Palestina, Iraq y Siria”, en el Salón de Actos del Rectorado de la Universidad de Málaga; que por el cartel promete ser interesante de cara conocer más sobre la situación actual en Oriente Medio.

Y si después de ver, oír y digerir quieres ir más allá, puedes colaborar en la Campaña de recogida de mantas y alimentos que la Asociación de Ayuda al Pueblo Sirio coordina desde Málaga, así como asistir al Concierto Solidario a beneficio de CEAR y Málaga Acogeque se celebrará el 8 de noviembre  en la Sala de Conciertos María Cristina.

¡Nos vemos!

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