Yo pertenezco a la llamada Generación X, también conocida como Generación Perdida, caracterizada por una rebeldía conformista y un rechazo a las tradiciones generacionales y religiosas. Menos mal que me dí cuenta a tiempo, cuando a los 10-12 años, se me ocurrió leer una revista del colegio dirigida a las familias con un artículo titulado «Generación X o la pérdida de valores» o algo similar, que me hizo sospechar que lo de «X» no era por tener superpoderes. Aunque en un principio me opuse a la idea de considerarme como «perdida», al poco la acepté y todo fue más relajado.
Ha llovido desde entonces (sin ir más lejos, ayer incluso granizó en Granada), y los estudios sociológicos, tras acabar con el alfabeto generacional -X, Y, Z-; han determinado llamar a la actual generación de jóvenes como Generación Ni-Ni. El término denomina