Haciendo honor al título del blog, no puedo dejar de publicar hoy una entradita; sea para ponerme al día de los propósitos hechos realidad, sea para hacer un esbozo de los proyectos que están por venir…
Un año muy académico, en el que convergen los esfuerzos de éstos últimos para que coincidan el licenciarme por la UNED, con finalizar un máster por la UCO, y tener la oportunidad de impartir docencia en la UMA. Cualquiera que me lea sin conocerme más allá de la pantalla podría pensar que me ha tocado la lotería. Pero quien haya compartido algo más de un café conmigo en los años que preceden se hace una idea de lo que hay detrás: ESFUERZO y mucho. Esa característica que reconozco en numerosas personas de a pie con las que he podido trabajar y compartir espacios, vivencias o emociones; y que no llego a vislumbrar en las altas esferas, donde se toman las decisiones que afectan al colectivo. Será que me queda tan lejos que no alcanzo a verlo, soy muy de tierra, como buen olivo de Jaén.
Yo, que soy de las afortunadas que puede contar que salió del colegio dos veces: la primera vez con la melena al viento, la mochila llena de futuros por configurar, clara vocación a la docencia y la sensación de poder con todo lo que me viniese por delante; la segunda, orientada a explorar otros ámbitos diferentes al escolar, una plena conciencia de mis limitaciones y la determinación de aprender de cada día encontrando respuesta a cada interrogante -en ello ando, porque cada vez son más la preguntas-. Ambas fueron valiosas y fundamentales para que hoy cierre un año que parece excepcional y simplemente forma parte del cotinuum que es mi vida.
Pero merece la pena hacer un alto en el camino, para tomar resuello, analizar lo andado, definir el siguiente paso y continuar deseando y eligiendo, como comentaba ayer con un buen amigo.
Y cierro el 2013, abrazando los doce sones que abrirán la puerta del nuevo año, con cuatro palabras que han tenido un significado especial para ésta que escribe:
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BIENVENIDA: Como cuando llegas a un sitio y te sientes acogida por cada una de las personas que allí estaban, ofreciéndote su mejor sonrisa y una mirada cálida.
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NO: Que implica que tengo un límite, y ni una mal llamada «confianza», ni el chantaje emocional, ni actitudes tóxicas van a invalidarlo. Supone un coste, pero el gran beneficio de respetarme a mí misma como persona.
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ADIÓS: Cuando cada elección implica una renuncia, saber despedirse a tiempo y de forma adecuada es importante para marchar o dejar que se marchen preservando los afectos.
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GRACIAS: Si toda experiencia tiene un aprendizaje, el agradecimiento es la respuesta natural al final de todo el proceso. Tarde o temprano, llega (siempre que le dejemos espacio).
De momento, nada más… ¡Ah, sí! FELIZ 2014