No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista…

Ya a las puertas del cierre de 2012, deseando abrir la ventana del siguiente… Echando un vistazo a los 365 días, como a vista de pájaro, me vienen muchas personas buenas con las que me he cruzado, y sabiendo que la mochila se llenó experiencias compartidas con ellas. Las nuevas y las de siempre.

Una vez relevada de la cocina durante un rato, me asomo para redactar el último post del año, con una reflexión que me acompaña desde la semana antes de las vacaciones de los peques; en la que tuve un taller con un grupo de jóvenes que se están formando como profesionales del Diseño Web y Multimedia a través de un curso

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De la Generación X a la Generación ni-ni

Yo pertenezco a la llamada Generación X, también conocida como Generación Perdida, caracterizada por una rebeldía conformista y un rechazo a las tradiciones generacionales y religiosas. Menos mal que me dí cuenta a tiempo, cuando a los 10-12 años, se me ocurrió leer una revista del colegio dirigida a las familias con un artículo titulado «Generación X o la pérdida de valores» o algo similar, que me hizo sospechar que lo de «X» no era por tener superpoderes. Aunque en un principio me opuse a la idea de considerarme como  «perdida», al poco la acepté y todo fue más relajado.

Ha llovido desde entonces (sin ir más lejos, ayer incluso granizó en Granada), y los estudios sociológicos, tras acabar con el alfabeto generacional -X, Y, Z-; han determinado llamar a la actual generación de jóvenes como Generación Ni-Ni. El término denomina

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